La reforma pensional: un debate trascendental

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La reforma pensional será otra que se presente este año. Sobre ella ya se ha venido trabajando.

Por Carlos Julio Díaz Lotero

Una de las reformas estratégicas del gobierno es la del sistema de pensiones; no solo por las implicaciones que tiene en el rediseño del sistema actual, sino porque tiene relaciones de fondo, de una parte, con la noción de sociedad que queremos construir, y, por la otra, con el funcionamiento de la economía, del empleo y del sistema de relaciones laborales.

Dos conceptos de sociedad

El Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad (RAIS) y el Régimen de Prima Media con Prestación Definida o de Solidaridad Intergeneracional, los dos regímenes pensionales vigentes en nuestro país establecidos en la ley 100 de1993, representan dos visiones sobre el concepto de sociedad que debe prevalecer.

Las reformas neoliberales empezaron a privatizar la seguridad social, que había estado en manos del Estado por razones de protección social, para convertirla en un nuevo nicho de negocio del capital financiero personificado, en nuestro país, en las Administradoras de Fondos de Pensiones –AFP-. La ley 100 de 1993 introdujo el lucro en la seguridad social y prometió cobertura universal bajo el supuesto de que las reformas económicas y laborales iban a garantizar no solo un bajo desempleo, sino una alta formalidad laboral. Después de un poco más de treinta años de liberalismo económico, tenemos elevadas y estructurales tasas de desempleo e informalidad laboral que explican los altos niveles de exclusión que hoy tiene el sistema pensional en nuestro país, pues solo tres de cada 10 trabajadores se pensionan.

Los impulsores del Régimen de Ahorro Individual, administrado por los Fondos Privados de Pensiones, han promovido una cultura anti Estado o en el mejor de los casos de Estado mínimo. Nos dijeron que todo lo iba a resolver el mercado, pues el Estado era un problema que se necesitaba minimizar, y por tanto era necesario darle a la gente un sentido de responsabilidad individual. La campaña propagandística glorificó al individualismo, y restableció el paradigma de seguridad social – o mejor de inseguridad social – dominante en el Estado Liberal, que se basaba en la teoría del laissez faire o de un estado no intervencionista bajo control del mercado y la iniciativa privada. En el Estado Liberal, de responsabilidades mínimas, la noción del riesgo se basaba en la culpabilidad individual. Con el desarrollo del Estado de Bienestar y de los Estados sociales, se pasa del riesgo como un reto del individuo a la noción de socialización del riesgo.  Los riesgos de la enfermedad, del accidente, de la enfermedad de origen laboral, y de la ausencia de ingresos en la vejez, ya no los enfrentaba el individuo de manera solitaria, los enfrentaba la sociedad en su conjunto por medio de una institucionalidad dentro del Estado.

El principio de solidaridad se ha ido debilitando dentro del sistema de seguridad social del nuevo estado liberal, y hoy nos parece normal que cada individuo sea responsable de su futuro bajo el lema de “sálvese quien pueda”, donde no existe el bien común, el interés general, sino la satisfacción del interés personal. Esto ha configurado un Estado no al servicio del interés público, sino del interés privado. Ese interés privado lo representan, en el debate pensional, los Fondos Privados de Pensiones, el interés público lo representa el enfoque de prima media o de solidaridad intergeneracional que administra el Fondo Publico.

Fuente: https://ail.ens.org.co/opinion/la-reforma-pensional-un-debate-trascendental/

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